Por Jolie Peal, Nebraska Public Media
El Senado de Estados Unidos tiene hasta el 4 de julio, una fecha límite autoimpuesta, para votar sobre los cambios al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), así como a Medicare y Medicaid.
Los cambios propuestos al SNAP —que brinda acceso a alimentos a personas y familias de bajos ingresos— trasladarían una mayor parte de los costos a los estados, tanto para administrar el programa como para ofrecer los beneficios.
Según Amanda Fahrer, directora de comunicaciones del Banco de Alimentos de Lincoln, alrededor de 155,000 personas en Nebraska utilizan SNAP. Afirmó que los recortes en los fondos federales implicarían aproximadamente 30 millones de dólares adicionales en costos para el estado.
“La alimentación es una necesidad humana básica y esencial que todos necesitamos cubrir para llevar adelante nuestra vida diaria y poder desarrollarnos plenamente”, dijo Fahrer. “Sin una nutrición confiable y constante, los niños tienen más dificultades para concentrarse y aprender en la escuela. También afecta a los adultos que buscan rendir en el trabajo y aportar a sus comunidades. El impacto es profundo”.
Fahrer también señaló que los recortes adicionales a programas federales de salud como Medicaid y Medicare implicarán aún más presión sobre las familias y personas que requieren asistencia.
“Para esas personas, es prácticamente un doble golpe: ahora deben encontrar la manera de cubrir varias necesidades fundamentales a la vez, no solo comida, sino también atención médica”, explicó.
Tim Williams, encargado de asuntos gubernamentales y defensa de políticas del Banco de Alimentos del Heartland, coincidió en que los recortes a estos tres programas afectan en general a los mismos sectores de la población.
“Una parte considerable de la población podría beneficiarse de ambos programas simultáneamente”, dijo Williams. “Si limitamos su acceso a esos recursos, eso solo se traducirá en peores condiciones de salud y elecciones alimentarias menos saludables”.
Según Williams, SNAP provee nueve comidas por cada una que puede ofrecer el banco de alimentos. Señaló que los recortes solo aumentarán la carga para las organizaciones locales que ya están trabajando para cubrir esa demanda.
“Esa responsabilidad recae en nosotros, el banco de alimentos, pero sobre todo en nuestras pequeñas despensas en las zonas rurales de Nebraska y en el área metropolitana de Omaha, que ya están al límite, que reciben menos alimentos y que atienden a más personas de las que pueden”, afirmó Williams.
Tanto Fahrer como Williams indicaron que los dos bancos de alimentos que cubren todo el estado han estado en comunicación con la delegación federal de Nebraska para expresar su preocupación por los recortes y su posible impacto en la población. Mientras tanto, continúan brindando apoyo a quienes necesitan acceso a alimentos.
“A pesar de los recortes que enfrenta SNAP, nuestra misión en el banco de alimentos y en nuestras despensas no cambia ni cambiará”, aseguró Williams. “Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para responder a esta necesidad y asegurarnos de que, si alguien necesita alimentos o ayuda, pueda conectarse con los recursos adecuados”.
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