Por Jolie Peal, Nebraska Public Media News
Altadena, CA-Nancy y Paul Jelinek se encontraban en la casa de su familia en Altadena, California, a unos 30 minutos de Los Ángeles, cuando ocurrió la tragedia.
La pareja acababa de regresar de unas vacaciones en Hawai y se estaba tomando un tiempo para recuperarse antes de regresar a Omaha cuando tuvieron que evacuar el martes por la noche.
“Oí sirenas en la calle de abajo, Altadena Drive”, cuenta Paul. “Fui al dormitorio de atrás, me asomé a la ventana y toda la montaña estaba ardiendo y soplando hacia nosotros”.
Los incendios de Los Ángeles han causado la muerte de al menos cinco personas y han destruido más de 25,000 acres de terreno. Los fuertes vientos han dificultado la labor de los equipos de respuesta inmediata para contener los incendios.
“Esto va a cambiar Los Ángeles para siempre”, dijo Paul.
La casa de la familia Jelinek está justo al lado de Eaton Canyon, donde ardió uno de los mayores incendios. El martes habían cortado la luz para evitar que los cables de alta tensión echaran chispas, así que cuando los Jelinek evacuaron la casa sólo contaban con sus linternas.
El primer hotel al que acudió la pareja no tenía electricidad y no podían abrir las puertas, así que fueron a otro al otro lado de la calle. Paul explicó que las puertas del vestíbulo del segundo hotel no se mantenían cerradas debido a los vientos, por lo que había hojas por todas partes.
“Había gente que se registraba con perros, mascotas y otras cosas”, explica Paul. “Pudimos entrar y, desde nuestra habitación, pude ver la montaña en llamas por todas partes.
A la mañana siguiente, la pareja regresó a su barrio para ver qué había pasado. Cuanto más se adentraban en el barrio, más casas empezaban a ver que se habían quemado.
Nancy pasó su adolescencia en la zona, y dijo que era duro ver los daños.
“Es devastador”, dijo Nancy. “ Estuve en ese barrio desde 1978 y sólo ver esas casas destruidas de esa manera, hace que me duela el corazón. Es terrible”.
La casa de uno de sus amigos que vivía a unas calles de distancia seguía ardiendo el miércoles por la mañana cuando fueron a ver cómo estaba.
“Era una casa de ladrillo, y esperaban que estuviera bien”, dijo Paul. “Por desgracia, seguía ardiendo cuando dimos la vuelta a la esquina”.
La casa de los Jelineck seguía en pie. Sin embargo, había ceniza y humo en ella, por lo que se están quedando en otro lugar de California hasta que puedan, con suerte, volver a Omaha la próxima semana.
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