
Por Maya Chavez, Hola America
En el corazón de Rock Island, IL se encuentra KRU Salon, un faro de la diversidad y el empoderamiento en el sector de la belleza. Propiedad de la dinámica Tiffany Rivera Gómez, KRU Salon no es sólo un lugar para ir a la peluquerÃa; es un centro comunitario donde todo el mundo, independientemente de su origen o tipo de cabello, es recibido con los brazos abiertos. En una entrevista con Tiffany y su talentosa asistente, Justine Stratton, hemos descubierto un viaje inspirador detrás de su salón y los valores que impulsan su éxito.
Rivera Gómez, una estilista con años de experiencia, se inició en el sector de la estética después de perfeccionar su arte en varios salones. Originalmente comenzó en Lera Salons Suites en 2015 en Davenport, IA, ayudó a administrar y enseñó tanto en New Style Barbershop en 2017 como en la New Style Academy, y cruzó a lo que entonces era Shear Elements en 2018. La propietaria de Shear Elements vendió el negocio a Rivera Gómez, donde ella cultivó lo que ahora es KRU Salon. Su visión para KRU Salon fue clara desde el principio: querÃa crear un espacio que celebrara la diversidad y atendiera las necesidades de todos los clientes, independientemente de la textura de su cabello o su origen cultural. “KRU es otra forma de decir ‘equipo’, como mi equipo. Mi familia del salón. QuerÃa que el salón fuera diverso y un lugar donde todo el mundo pudiera ir a arreglarse el pelo”, dice Rivera Gómez, destacando su herencia mexicana y afroamericana como fuerza impulsora de su enfoque integrador.
Con un equipo actual de diez estilistas dedicados, KRU Salon ofrece una amplia gama de servicios, desde el cuidado del cabello natural a tratamientos de color, trenzas, uñas, pestañas, y todo lo demás. También ofrecen servicios para novias y quinceañeras. “Quiero prestar mis servicios a todo el mundo. También para las personas con creencias religiosas. Hay gente a la que le gustarÃa peinarse en privado, algo que algunos sitios no pueden ofrecer. Podemos hacerlo, y quiero insistir en que queremos que todo el mundo se sienta cómodo”. Su compromiso con la inclusión va más allá de los servicios para el cabello, ya que están preparando KRU Gentlemen, una barberÃa con todos los servicios para hombres, que estará situada justo al lado. “Algunos hombres quieren las mismas cosas, pero no en un entorno tan femenino”, explica Rivera Gómez, destacando la dedicación del salón a satisfacer las necesidades únicas de cada cliente. “Ahà es donde entrará KRU Gentlemen. Además, con la revitalización de Rock Island, estamos en el centro principal de eso”.
Lo que también diferencia a KRU Salon es su inquebrantable compromiso de fomentar un entorno positivo e integrador para sus empleados. Stratton describe el salón como una “gran familia”, donde todos son bienvenidos y apoyados. El estilo de liderazgo empático de Rivera Gómez garantiza que cada miembro del equipo se sienta valorado y capacitado para sobresalir en su oficio. “Recibimos a nuestros clientes primerizos, y somos tan abiertos y acogedores con ellos que a veces se sienten cómodos quedándose en el salón y hablando con nosotros después. De eso se trata, queremos que se sientan cómodos y que sepan que lo que pasa en mi salón se queda en mi salón. Es una zona segura”. Stratton lo confirma, ya que ha trabajado junto a Rivera Gómez desde 2018 y personalmente sentÃa que todos los que trabajaban con ella sabÃan que estaban bien atendidos. “Cada persona que trabaja en el salón es alguien por quien ella se preocupa”, dice Stratton. “Ella es empática y compasiva con todos. Nos ha tratado con el máximo respeto y se involucra en nuestra vida personal.”
El consejo de Rivera Gómez a las aspirantes a empresarias del sector de la belleza es un fuerte mensaje de empoderamiento y perseverancia. Enfatiza la importancia de la autoestima y la determinación, instando a las mujeres a romper barreras y perseguir sus sueños sin descanso. “No dejes que nada te frene. Escucha lo que quieres para ti. No dejes que nada se interponga en tu camino. Concéntrate y comparte la riqueza. Me encanta compartir mis recursos y ayudar a los empresarios cuando necesitan consejo. A veces hay que sentirse cómodo sintiéndose incómodo. Es algo que aprendà en la escuela. Nunca pares en la educación. Sigue, sigue, sigue”.
A pesar de los retos a los que se enfrenta en el sector de la belleza, la resistencia y la determinación de Rivera Gómez han impulsado a KRU Salon hacia el éxito. Se niega a verse confinada por estereotipos o limitaciones, y abraza cada aspecto de su herencia con orgullo. “Nunca elijo un bando. Lo mismo ocurre con los negocios, nunca elegimos un bando”, afirma, subrayando su dedicación a abrazar todas las facetas de su identidad.
Su compromiso con la retribución se extiende a sus empleadas, a las que asesora y apoya tanto dentro como fuera del salón. “Quiero enseñar a estas chicas más jóvenes lo que es dirigir su propio negocio. Quiero que sepan que si consiguen una silla conmigo, me aseguraré de que tengan los clientes que necesitan y de que sean lo mejor que puedan ser”, comparte Rivera Gómez, destacando su pasión por capacitar a la próxima generación de empresarios. “Quiero que estén más informados para que les cuenten a los clientes cuál es el proceso del servicio que eligen. Algunos estilistas no explican lo que hay en los productos y lo que se pone en tu cabello, asà que trato de asegurarme de que mis clientes sepan eso para la salud de su cabello.”
De cara al futuro, Rivera Gómez quiere que el Salón KRU sea el primer salón al que la gente acuda como destino de confianza para todas sus necesidades de cuidado del cabello, en el que el salón apoye y sirva para educar a los clientes sobre la importancia de la salud capilar y el conocimiento de los productos. ¿Su legado definitivo? Inspirar a sus hijas y a otras mujeres para que persigan sus sueños sin miedo, sabiendo que todo es posible con determinación y fortaleza, aunque estés sola en el proceso.
En un mundo en el que los cánones de belleza suelen ser rÃgidos y excluyentes, el salón KRU es un testimonio del poder de la diversidad, el empoderamiento y la aceptación inquebrantable. Si hay algo que debemos aprender del salón KRU es que la belleza no tiene lÃmites y que todo el mundo merece un lugar en la mesa.