Henry Vargas, fundador de LULAC Davenport, deja un legado asombroso en la defensa de la igualdad y los derechos civiles para todos.

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Henry Vargas, de 92 años, falleció tranquilamente en su casa el lunes por la noche.

“Por favor, mantenga a Henry en sus pensamientos y oraciones y sepa que tuvo una vida maravillosa y deja este mundo como un lugar mejor, siempre luchando por la igualdad para todos” dijo su hija Rita Vargas.

Vargas era una figura querida y admirada por muchos en los Quad Cities.

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“Él es una prueba de la famosa cita de Margaret Mead ‘Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo; de hecho, es lo único que lo ha hecho.’ El Sr. Vargas y los fundadores de LULAC Davenport en 1959 fueron precisamente eso e hicieron grandes avances para la comunidad latina de Davenport y más allá. Me siento eternamente honrado de haber conocido a Henry”. dijo Tar Macias, editor de Hola América y Hola Iowa.

Hola America quisiera compartir con usted la historia del Sr. Henry Vargas que habíamos publicado anteriormente.

 

Descanse en Paz Sr. Henry Vargas 1929 – 2021

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Henry Vargas, 1940s.

Henry Vargas nació en Davenport, Iowa en el año 1929, ocho años luego de que sus padres huyeran de México durante la Revolución Mexicana. En Iowa, su padre trabajaba en el ferrocarril de Rock Island, mientras que su madre Esperanza Pérez, criaba a los niños y administraba el hogar en una casa hecha de un vagón del tren. “En la calle West Fifth y Iowa hay un lugar llamado Crescent Macaroni, hacían galletas dulces y saladas y todo eso,” recuerda Henry. “Detrás de ese lugar recuerdo que habían unas cuatro familias y todas tenías casas hechas de vagones… todos los que estaban allí trabajaban para el ferrocarril de Rock Island”. Henry y sus hermanos frecuentemente se reunían en la mesa de la cocina de su casa a escuchar las historias de sus padres sobre la vida en México, siendo éstas una de sus fuentes más importantes de entretenimiento.

 

Unos años más tarde, la familia se mudó al barrio Cook’s Point en Davenport, donde el alquiler era barato y tenían suficiente tierra para cultivar un jardín, además de criar chivos y pollos. Pero la tragedia golpeó a la familia cuando en el invierno de 1941, el padre de Henry falleció a manos de un conductor borracho. Henry ayudó a su madre a mantener a la familia unida: “Tenía tres hermanos en el ejército durante la segunda guerra mundial. Yo era el mayor de los varones que aún vivían en la casa, en ese entonces tenía dieciséis años. Mi madre tuvo que salir a trabajar para mantener a la familia porque mi padre había fallecido en 1941. Era difícil para ella porque trabajaba en una compañía de productos agrícolas y yo veía que cuando regresaba a la casa le sangraban las manos de tanto trabajar. Por eso pensé “tengo que salir a trabajar”. Así que fui al arsenal de Rock Island”.

 

Como joven latino, Henry enfrentó discriminación constante. “La policía nos corría de la calle,” recuerda Henry. “A veces estaba caminando a casa en la noche y me detenían y decían ‘¿Dónde vives?’ Yo les decía ‘Aquí en Cook’s Point’. [Ellos decían] ‘Vete a tu casa, es mejor que te vayas a tu casa’. Esa actitud nunca la pasé por alto, de alguna forma siempre nos estaban atormentando”.

 

Después de la guerra, Henry dejó su trabajo en el arsenal para trabajar en la fábrica John Deere en Moline, Illinois. Se unió a la unión (también conocido como sindicato) de ensambladores de maquinaria agrícola, FE Local 150 e hizo un curso intensivo en activismo político y procedimiento parlamentario. Esa educación fue esencial para él en 1952, cuando la ciudad de Davenport desalojó a los residentes de Cook’s Point para darle cabida a un complejo industrial. El desalojo hizo que los residentes de Cook’s Point se pusieran en contacto con estudiantes activistas, miembros de la facultad de St. Ambrose College y con dos líderes afroamericanos del movimiento por los derechos civiles, Charles y Ann Toney. Juntos, trabajaron para cambiar las desigualdades que enfrentaban día a día. “Vimos lo que la organización NAACP podía hacer”, recuerda Henry “y luchamos para encontrar una organización nacional que pudiera representarnos”.

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Como joven latino, Henry enfrentó discriminación constante. “La policía nos corría de la calle,” recuerda Henry. “A veces estaba caminando a casa en la noche y me detenían y decían ‘¿Dónde vives?’ Yo les decía ‘Aquí en Cook’s Point’. [Ellos decían] ‘Vete a tu casa, es mejor que te vayas a tu casa’. Esa actitud nunca la pasé por alto, de alguna forma siempre nos estaban atormentando”.

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Después de la guerra, Henry dejó su trabajo en el arsenal para trabajar en la fábrica John Deere en Moline, Illinois. Se unió a la unión (también conocido como sindicato) de ensambladores de maquinaria agrícola, FE Local 150 e hizo un curso intensivo en activismo político y procedimiento parlamentario. Esa educación fue esencial para él en 1952, cuando la ciudad de Davenport desalojó a los residentes de Cook’s Point para darle cabida a un complejo industrial. El desalojo hizo que los residentes de Cook’s Point se pusieran en contacto con estudiantes activistas, miembros de la facultad de St. Ambrose College y con dos líderes afroamericanos del movimiento por los derechos civiles, Charles y Ann Toney. Juntos, trabajaron para cambiar las desigualdades que enfrentaban día a día. “Vimos lo que la organización NAACP podía hacer”, recuerda Henry “y luchamos para encontrar una organización nacional que pudiera representarnos”.

 

En 1959, Henry ayudó a establecer tal organización: el capítulo de Davenport de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, conocido como LULAC Concilio 10. Elegido primer presidente del Concilio 10, Henry representó a LULAC en la primera Comisión de Relaciones Humanas de Davenport en 1962, y colaboró en la aprobación de la primera ordenanza de vivienda justa de Davenport en 1968. El mismo año, Henry, junto con otros miembros del Concilio 10, formaron el Comité de Boicot de Uvas de Quad City, que fue fundamental para llevar el boicot nacional a las uvas de mesa de California, dirigido por César Chávez y Dolores Huerta — a los Quad Cities. Con su hija, Rita Vargas, Henry realizaba regularmente protestas frente a los supermercados locales en apoyo del boicot a la uva, una acción que lo puso en conflicto con la policía local.

Henry Vargas con Cesar Chavez cuando Chávez recibió el premio Pacem in Terris por la Paz y la Libertad el año antes de su muerte, Davenport 1992.
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“El [policía] decía ‘Tienes que salir de aquí, no puedes protestar frente a este lugar’. Y yo le dije ‘No nos vamos a mover de este estacionamiento’. Entonces como seís carros de policía vinieron a buscarnos a los dos y la policía nos dijo, ‘Si quieren protestar, van a tener que hacerlo allá por la autopista. No pueden protestar en el estacionamiento’. A eso lo llamaron boicot secundario, porque estaba afectando a los otros negocios allí. Así que dijo, ‘es eso, o van a la cárcel’. Bueno, vi al muchacho [con quien estaba protestando] y le dije, ‘No quiero que te echen a la cárcel. Hace mucho calor, por un lado y por otro, ¿qué le voy a decir a tus padres?’.

 

Al mismo tiempo, Concilio 10 se reunió con otras sucursales de LULAC en Iowa y con agencias de atención al inmigrante para asegurar la aprobación de la Primera Ley Laboral para los Trabajadores Inmigrantes de Iowa. Cuando los miembros del LULAC Concilio 10 visitaron los hogares de los trabajadores inmigrantes en Muscatine, quedaron consternados por las condiciones en las que vivían los trabajadores, pues les hacía recordar sus propias experiencias durante la niñez en Cook’s Point. “Era deplorable”, dice Henry. “¡Lo único que queríamos hacer era darles vivienda decente!”. Ellos [los granjeros] los traían y los metían en corrales de pollos y demás. Algunos de nosotros habíamos vivido en Cook’s Point. Por eso pensábamos que eso no era justo. Pensábamos que teníamos que hacer algo al respecto”.

 

Al contemplar su vida de lucha social, Henry reflexiona con las palabras de Eleanor Roosevelt “Es mejor prender una vela que maldecir a la oscuridad… no se puede vivir en la oscuridad”.

 

El Sr. Vargas en 2017 fue incluido en la clase inaugural del Salón de la Fama Latino de Iowa.

El Sr. Vargas falleció en su casa la tarde del 31 de mayo, 2021. 

 

Hola America ha publicado este artículo antes, pero lo hemos actualizado. 

El artículo es cortesía del sitio web “Migration is Beautiful”.

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