Por Robert Maharry, cortesía de The Times Republican
Cuando Alfonso Medina tomó la decisión de volver a su ciudad natal y reabrir el restaurante de sus padres, La Carreta, quería que la misión del negocio fuera más allá de los dólares y centavos y se dirigiera hacia algo mayor: una inversión a largo plazo en la comunidad de Marshalltown.
“En cierto sentido, (quería que) fuera un lugar en el que la comunidad obtuviera algún descuento aquí y allá, y que encontrara formas creativas de hacerlo”, dijo.
En un ejemplo reciente de la mentalidad de “reembolso” con la que Medina ha tratado de vivir, él, su esposa Vanessa Pérez y su socio Arturo Mujica se unieron para pagar 5,000 dólares de deuda de almuerzos escolares en el Distrito Escolar de la Comunidad de Marshalltown (MCSD). La contribución fue conjunta entre La Carreta, la organización sin fines de lucro de Medina, No Love, No Tacos y A&A Concrete, su nueva empresa asociada con Mujica.
En 2019, Medina hizo una donación para reducir la deuda de almuerzos en Miller Middle School y Marshalltown High School, y el año pasado, los fondos sin fines de lucro se utilizaron para otorgar becas a Marshalltown Community College después de que No Love, No Tacos se lanzara en 2020.
“El Distrito Escolar Comunitario de Marshalltown está agradecido por la continua generosidad de Alfonso y Vanessa. Ellos conocen la importancia y el valor de devolver a nuestra comunidad y ayudar a las familias más necesitadas. Son tremendos modelos a seguir para nuestra comunidad”, dijo el Superintendente del MCSD, Theron Schutte.
Medina atribuye a un documental de 2012 llamado “A Place at the Table”, que se puede ver en YouTube, el haberle abierto los ojos a la lucha contra la insuficiencia alimentaria en los Estados Unidos. Actualmente, se considera que entre 12 y 13 millones de niños estadounidenses viven en hogares con insuficiente alimentación.
“Soy un firme creyente de que éste es probablemente uno de los mejores países del planeta, y no creo que deba existir tal cosa como tener insuficiencia alimentaria”, dijo. “Los seres humanos podemos vivir sin techo. Podemos vivir sin ropa, pero no sin comida. La comida es lo primero que necesitamos para sobrevivir, así que por eso decidimos destinar nuestro dinero este año a eso”.
Debido al éxito de su familia, Medina nunca ha experimentado personalmente la falta de alimentos, pero su mensaje es que eso no debería importar.
“El verdadero cambio viene de la gente que a veces está fuera y puede, por un segundo, ponerse en su lugar, y simplemente usar su imaginación y ayudar y realmente hacer un cambio”, dijo Medina.
A pesar de la gran cantidad de opciones de comida mexicana en la ciudad, La Carreta ha encontrado su camino y ha seguido prosperando desde su reaparición, y Medina considera que donaciones como ésta son un regalo de Navidad para la comunidad que ha sido tan decisiva para su éxito. También espera que anime a más propietarios de pequeñas empresas de Marshalltown a involucrarse en esfuerzos filantrópicos aunque no tengan presupuestos multimillonarios.
“Es una comunidad muy unida, y espero que esto inspire a otros a hacer lo mismo. Sólo quiero que la gente sepa que esto es gracias a ellos”, dijo Medina. “Esto es sólo un espacio que vende comida. Abrimos, vienen aquí y encontraremos la manera de devolverlo directamente a sus bolsillos o donde creamos que sea muy necesario”.
Facebook Comments